Presos de cárceles bonaerenses confeccionan 200 mil barbijos

Los presos alojados en cárceles de la provincia de Buenos Aires confeccionan unos 200 mil barbijos para la provisión de los penales y a la administración pública provincial.
Lo confirmó el ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, quien precisó que desde el 4 de mayo se implementan una serie de medidas de seguridad en los penales para evitar la propagación de la gripe A.
Casal confirmó además que "se reforzaron las medidas de higiene y aseo en aquellos detenidos que están en condición de sospecha de cualquier tipo de influenza, con barbijos y aislamiento".
"Al personal de los penales se les proveyó un kit de seguridad que incluye barbijo, guantes, botas, alcohol, antiparras y camisolines descartables para todo aquel personal que atienda casos sospechosos", precisó.
El ministro de Justicia explicó que en cada penal se habilitaron celdas de aislamiento para alojar a los presos "inmunodeficientes, que es la parte de la población que más sufre los virus, pueda ser debidamente asistido".
"Esperamos inaugurar esta semana dos pabellones en Florencio Varela, nuevos, como para 300 camas, para tener, en caso que se complique (la pandemia), un lugar específico sanitario para la atención de estos casos", adelantó en declaraciones a Radio Provincia.
Casal confirmó que "los detenidos comenzaron a fabricar 200 mil barbijos, que calculamos terminarlos este fin de semana, para distribución a las visitas de los penales, para el personal y el resto de la administración pública si hace falta".
Reconoció que hay "19 casos de detenidos inmunodeficientes por ser HIV que reciben atención focalizada y son monitoreados permanentemente, y dos casos graves que venían que un síndrome respiratorio grave".
"El resto de las influenzas comunes las estamos monitoreando para ver si sufren algún cambio", remarcó.
El titular de la cartera de justicia expresó su agrado ante la conducta de los familiares de los detenidos, ya que aquellos que estaban con síntomas de gripe declinaron voluntariamente ingresar al penal para visitar al preso.