El sábado 25 de abril se llevó a cabo el Encuentro Provincial de Juventud de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) en la sede del Consejo Directivo Provincial (CDP), en la ciudad de La Plata.
Los jóvenes de ATE que llegaron desde todos los lugares de la Provincia, se reunieron para debatir las estrategias, las necesidades y el rol de la juventud estatal, en este año de tanta importancia para la clase trabajadora, en el marco de la crisis política-económica global y de las elecciones legislativas nacionales.
En este sentido, ahora que en nuestra economía se empiezan a vislumbrar los primeros efectos de la crisis que generó la “ley de la selva” del libre mercado en los países del norte, sería inmoral e injusto pretender que dicha crisis la paguemos los trabajadores. La salida a este desbarajuste político-económico-social global no es la que plantean los agrupamientos empresarios o los sectores políticos-sociales económicos de la derecha, tratando de volver a instalar las recetas liberales que causaron esta crisis, como el ajuste, la devaluación, la quita de retenciones, en fin, medidas que terminan perjudicando a los asalariados, para que ellos se sigan asegurando mayores ganancias. Son necesarias políticas públicas que protejan a los más vulnerables, haciendo base en una justa distribución de la riqueza, para terminar con la desigualdad social. Prohibir los despidos por 180 días, sostener el nivel adquisitivo de los salarios, asignación universal por hijo menor de 18 años, reformulación del Seguro de Empleo y Formación para todos los desocupados, 82% móvil para los jubilados, nacionalizar el sector energético y los recursos naturales no renovables, personería gremial para la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA), reforma impositiva, entre otras, son las medidas que proponemos para que la crisis no la paguemos los trabajadores, ni el pueblo.
Por otro lado, estas próximas elecciones nacionales legislativas no hacen más que refrendar una verdad de Perogrullo: la cultura política argentina, encarnada en las figuras de “nuestros dirigentes”, está caduca. Se busca detentar el poder de cualquier modo, a cualquier precio, para satisfacer ambiciones personales inconfensables, egoístas, para “acomodar” a amigos y familiares, y no para resolverle los problemas a la gente, para brindarle una mejor calidad de vida a nuestro pueblo.
Por eso, hoy más que nunca los trabajadores debemos organizarnos y fortalecernos para revertir esta nefasta matriz política, para arrancarla de cuajo, e instalar un gobierno en el que verdaderamente nos gobernemos, nos gobernemos nosotros, emanando el poder desde la base, de abajo hacia arriba.
Es por esto que la juventud trabajadora de ATE apoya totalmente el proceso colectivo de transformación, el movimiento nacional y popular, político-social y cultural de liberación que surgió a principios de los noventa como resistencia al modelo neoliberal, que se fue desarrollando y se cristalizó en la experiencia de la Constituyente Social, hecho fundante y devenir constante en el que participaron miles y miles de compañeros trabajadores encuadrados en la CTA, compañeros de organizaciones sociales, políticas, religiosas, entre otras; y su resorte estratégico-institucional, el Instrumento Electoral por la Unidad Popular, herramienta necesaria para dar las disputas electorales que correspondan e influir sobre los poderes ejecutivos y parlamentarios en el plano nacional, provincial y municipal.
Los pibes y pibas de ATE enfatizamos, entre otros temas, la necesidad de la formación y capacitación sindical y social, como también en la renovación de las estructuras del Estado con el ingreso de trabajadores jóvenes, con consciencia de clase, dispuestos a dar pelea por un Estado solidario y popular, al servicio de nuestro pueblo.
Luego del repaso de las actividades que se vienen realizando en las diferentes seccionales, desde Juventud ATE-CTA, como la ejecución de programas de alfabetización, en articulación con estudiantes universitarios, análisis e implementación de presupuesto participativo, militancia territorial, la Campaña Nacional El Hambre es un Crimen, Seguridad e Higiene Laboral, Ley de Promoción y Protección de los Derechos de la Niñez y Adolescencia, apoyo y promoción de Centros de Estudiantes, capacitación y formación en derechos y leyes laborales en todas las áreas estratégicas estatales, derechos humanos, medio ambiente, entre otras, se concluyó en que se debe poner el acento en las siguientes cuestiones: mejores condiciones laborales, igualdad de clase, unidad en los reclamos, y la Campaña El Hambre es un Crimen.
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