Tiene lugar hoy la Vigilia Pascual que comprende varios ritos
Mañana, Sábado Santo, durante la mañana y la tarde, la cristiandad permanece como junto al sepulcro de Jesús, meditando su pasión y su muerte. No hay ningún oficio ni culto público. La celebración se realiza por la noche, por eso se llama “Sábado de la Vigilia Pascual”.
Por la noche, los cristianos reviven la alegría de la Resurrección de Cristo, la alegría pascual que se extenderá por cincuenta días.
El sábado de la Vigilia Pascual comprende varios ritos: la bendición del fuego nuevo, la bendición y procesión con el Cirio Pascual, el canto del “Pregón pascual”, las lecturas del Antiguo Testamento, la bendición del agua bautismal, el canto de las letanías y la renovación de las promesas bautismales. Se lee una carta de San Pablo (Romanos 6, 3-11) en la que el apóstol dice que “Cristo, después de resucitar no muere más” y el evangelio de San Lucas (24, 1-12) en el pasaje donde dice “¿Porqué buscan entre los muertos al que está vivo?. No está aquí, ha resucitado”.
Toda la celebración del Sábado Santo culmina con el canto del Aleluya.
Los actos de ayer
La cristiandad revivió hoy la Pasión y Muerte de Jesús, el Redentor. El arresto en el Huerto de los Olivos, la coronación de espinas, la flagelación, la condena a muerte, la vía dolorosa hasta el Calvario llevando la Cruz a cuestas, la crucifixión, la agonía y muerte de Jesús, son otros tantos momentos de reflexión del pueblo cristiano en este día.
La Iglesia centró hoy toda su atención en la muerte de Jesús. Las celebraciones litúrgicas se desarrollaron en un clima de austeridad, pero resaltando en especial la esperanza y el carácter redentor de la inmolación de Cristo. Se leyó un pasaje del libro de Isaías (52,13 - 53,12) en el que se preanuncia la Pascua de Jesús; la Carta a los Hebreos (4,14-16; 5,7-9) donde se dice: "Aprendió qué significa obedecer y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen"; y por último se da lectura a la "Pasión de Nuestro Señor Jesucristo", según San Juan (18,1 - 19,42.
Hacia las horas del atardecer y anochecer, se realizó el ejercicio del Vía Crucis o Camino de la Cruz, que tuvo lugar o bien en los templos, o por las calles adyacentes, durante el cual se meditó sobre los diversos pasajes de la Pasión de Jesús.
Por pedido especial del Santo Padre, durante las celebraciones del Viernes Santo se realizó en todos los templos una colecta para los cristianos que viven con grandes dificultades en Tierra Santa.
Por la noche, los cristianos reviven la alegría de la Resurrección de Cristo, la alegría pascual que se extenderá por cincuenta días.
El sábado de la Vigilia Pascual comprende varios ritos: la bendición del fuego nuevo, la bendición y procesión con el Cirio Pascual, el canto del “Pregón pascual”, las lecturas del Antiguo Testamento, la bendición del agua bautismal, el canto de las letanías y la renovación de las promesas bautismales. Se lee una carta de San Pablo (Romanos 6, 3-11) en la que el apóstol dice que “Cristo, después de resucitar no muere más” y el evangelio de San Lucas (24, 1-12) en el pasaje donde dice “¿Porqué buscan entre los muertos al que está vivo?. No está aquí, ha resucitado”.
Toda la celebración del Sábado Santo culmina con el canto del Aleluya.
Los actos de ayer
La cristiandad revivió hoy la Pasión y Muerte de Jesús, el Redentor. El arresto en el Huerto de los Olivos, la coronación de espinas, la flagelación, la condena a muerte, la vía dolorosa hasta el Calvario llevando la Cruz a cuestas, la crucifixión, la agonía y muerte de Jesús, son otros tantos momentos de reflexión del pueblo cristiano en este día.
La Iglesia centró hoy toda su atención en la muerte de Jesús. Las celebraciones litúrgicas se desarrollaron en un clima de austeridad, pero resaltando en especial la esperanza y el carácter redentor de la inmolación de Cristo. Se leyó un pasaje del libro de Isaías (52,13 - 53,12) en el que se preanuncia la Pascua de Jesús; la Carta a los Hebreos (4,14-16; 5,7-9) donde se dice: "Aprendió qué significa obedecer y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen"; y por último se da lectura a la "Pasión de Nuestro Señor Jesucristo", según San Juan (18,1 - 19,42.
Hacia las horas del atardecer y anochecer, se realizó el ejercicio del Vía Crucis o Camino de la Cruz, que tuvo lugar o bien en los templos, o por las calles adyacentes, durante el cual se meditó sobre los diversos pasajes de la Pasión de Jesús.
Por pedido especial del Santo Padre, durante las celebraciones del Viernes Santo se realizó en todos los templos una colecta para los cristianos que viven con grandes dificultades en Tierra Santa.
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