viernes, 10 de abril de 2009

José María Sciutto, un juninense en medio de la tragedia en Italia, relató los dramáticos momentos vividos

José María Sciutto.

Al momento de los temblores estaba a solo diez kilómetros del epicentro del sismo, que sacudió terriblemente a la región de Abruzzo. La incertidumbre y el dolor contada desde su óptica.


Ubicación geográfia de L´Aquila, epicentro del terremoto.
Un bombero de Roma inspecciona una iglesia dañada en L'Aquila, mientras socorristas continuaban buscando sobrevivientes entre los escombros en medio de fuertes réplicas.
Vista aérea del centro urbano devastado por el sismo.

El director de coros y orquesta internacional, José María Sciutto, oriundo de Junín y radicado desde hace muchos años en Italia, vivió en carne propia la tragedia desatada en la región de Abruzzo, donde a la madrugada del lunes último se produjo un sismo de importante dimensión, que originó pérdidas de vidas humanas, daños materiales entre los que se encuentran muchos edificios arquitectónicos antiquísimos.
DEMOCRACIA tomó contacto ayer con el maestro Sciutto quien manifestó estar muy acongojado por la situación vivida por los habitantes de la región, donde él también estaba al momento de producirse el sismo.

“Fue terrible”

Relató que aquella madrugada trágica estaba solo en su casa de descanso, en Scopitto, un pueblito en la montaña a 10 kilómetros de L’Aquila (epicentro del terremoto), en Abruzzo, cuando empezaron los temblores, hecho que lo obligó a salir del lugar, y junto con los otros pobladores, se vió obligado a pasar la noche a la intemperie. “Fue terrible, un temblor impresionante, y al que luego siguieron muchísimos más, menos intensos”, expresó.
“Yo tuve la gran suerte de estar en un lugar cercano a L’Aquila, pero hacia el lado opuesto a donde se destruyó todo. Donde estaba en ese momento, el sismo fue de dos grados menos de intensidad, entonces, en mi casa, por ejemplo, se cayó el revoque, tuvo algunas rajaduras pero quedó en pie. En cambio L’Aquila, es lo que se dice en Italia una ciudad de Arte, con monumentos históricos que datan de la Edad Media, es más hay cosas de los romanos que datan de años anteriores a la era cristiana. Hay barrios enteros medievales, también del Renacimiento, del período Barroco y más modernos también, por supuesto. Este terremoto, de una intensidad muy grande y muy fuerte en la superficie, fue muy agresivo, terrible. Se cayó todo el centro histórico y los barrios modernos también se vieron afectados”, relató.
“Hay un pueblo que se llama Onna, de 400 habitantes y en donde fallecieron 40, y otros pueblos también antiguos, desaparecieron. Toda la población de L’Aquila, no pudo volver a sus casas. Entonces han puesto carpas grandes, pertenecientes al Ejército, para que puedan vivir transitoriamente allí. Todos los medios para la defensa civil funcionaron muy bien, con una buena organización”, dijo.

Su experiencia

“Yo estaba solo en mi casa. Con los vecinos, cuando sentimos el sismo, salimos todos y nos pusimos en una calle, al abierto. A partir de ahí no paró más de moverse la tierra. Después llamé a una amiga, que vivía sola, y no me contestaba. Me preocupé. Al rato me llama otra amiga en común y me dice que a esta chica se le había caído el techo de la casa y se había quedado abajo, que alcanzó a sacar un brazo, que pudo agarrarse no sé de qué cosa, tiró para arriba y salió. La tuvieron que bajar por la ventana, porque la escalera de adentro estaba totalmente destruida, los vecinos le pusieron una escalera del lado de afuera y pudo salir. Ella perdió la casa, quedó con lastimaduras en su cuerpo pero se salvó”, relató.

Panorama desolador

“Hubo casi 300 muertos, y aproximadamente 40.000 afectados, de los cuales 3.000 se fueron a casa de parientes o amigos de otros lugares de Italia, pero hay 30.000 que están en carpa, con mucho frío a la noche. Es gente que no sabe qué futuro tendrá. No pueden volver a sus casas porque la que no está caída del todo, no se puede entrar. Porque además la tierra se sigue moviendo. Hoy leía que se va a mover por cinco meses más. La gente no puede entrar a la casa. Ese es el drama. Nadie sabe qué va a pasar”, señaló.
Sciutto estaba ayer en Roma, pero va a L’Aquila continuamente para ayudar. “Ayer viajé para acompañar a unos amigos, fueron los bomberos a la casa de ellos para intentar sacar las cosas. Hay miles y miles de bomberos y policías para rescatar lo poco que queda”, describió Sciutto al hablar sobre la situación dramática que se vive en la región afectada por el temblor.
“Hay varios chicos de mi asociación, todos músicos, que han perdido trabajo, la casa y también familiares. Hay una joven, una cantante, que vive una situación dramática. Durante los temblores, se cayó la casa donde vive con su marido. Se despertaron con el ruido, corrieron a la habitación de la hija, y en el momento que estaban por entrar se cayó el techo y la nena, de siete años, quedó abajo… Y a otra chica se le murió la madre. Te estoy diciendo ejemplos cercanos a mí, pero hay miles de personas que han perdido a sus seres queridos”, expresó durante el diálogo telefónico mantenido en la tarde de ayer con DEMOCRACIA.

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