viernes, 10 de abril de 2009

Denuncian casas de familia que funcionan como geriátricos

Una realidad que se mantiene desde la crisis de los años 2001 y 2002, es la aparición cada vez con más frecuencia de las casas destinadas a alojar a ancianos. Algunos los llaman geriátricos, pero hay espacios que distan de cumplir con la reglamentación.
La filial local de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad tiene implícita, entre otras funciones, tareas de contralor. En períodos anteriores ATSA detectó innumerables falencias que fueron denunciadas, tanto en la órbita de la Justicia como en la municipal.
El titular del sindicato, Héctor Azil, aseguró que “este es un problema sobre el que venimos trabajando desde hace muchos años”, y admitió que “tengo que reconocer cierta impotencia que produce, porque generamos muchas inspecciones junto con el Ministerio de Trabajo, trajimos a funcionarios del orden nacional para que vengan a controlar; con todas las resistencias que tuvimos, porque muchas son casas de familias y no permitían en acceso. Toda la documentación que en ese momento recogimos fue elevada a una causa que ya tenía abierta la fiscal Vanina Lisazo sobre la situación de los geriátricos en Junín”.
En ese marco, lamentó que “hay un vacío legal importante”.
Recordó una ley provincial para habilitarlos “que prevé una cantidad de requisitos, pero después no hay más nada a nivel intermedio. Entonces se da este fenómeno de utilización de casas de familias en función geriátrica, donde el municipio muchas veces las habilita como pensiones. Pero yo considero que es equivocado, porque no se les hacen los controles pertinentes, son lugares donde se da medicación y deben atender médicos; también tiene que haber una fiscalización alimentaria. La mayoría está informalizada”.
Azil recordó que “en su momento tratamos de proponer que se apruebe una legislación local a través de una ordenanza, pero se dio que el principal temor que mostraron los concejales y el Ejecutivo fue que si se adaptaba la norma a la ley provincial había que cerrar todos los establecimientos y generaría una crisis social con los ancianos”.
En ese sentido añadió que “entre hacer valer una legislación provincial con muchos requisitos y no hacer nada, hay que buscar algo intermedio, con controles permanentes, tanto médicos como bromatológicos y de habilitación, a fin de establecer si el sistema funciona como corresponde, además de una normativa que permita regularizar el sistema”.
El titular de ATSA reflexionó que “ojalá que nunca pase, pero todos los años en invierno vemos que sucede una tragedia en algún geriátrico; aunque hasta ahora no ocurrió en Junín. Pasó en Arenaza, en Chacabuco. Pero no estamos exentos, porque faltan regulación y controles”.

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