jueves, 9 de julio de 2009

Aseguran que es “dramática” la situación del sector hotelero y gastronómico en nuestra ciudad

En los últimos tiempos, por diversos factores, el sector hotelero gastronómico sufrió una constante caída en su nivel de actividad, por lo que cerraron más de 400 restaurantes sólo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En nuestra región, dicen en el sector, aún sin llegar a las clausuras masivas, hay una marcada tendencia regresiva en los niveles históricos de producción. Una realidad reflejada en los restaurantes y bares repletos, hoteles con muy buenos niveles de ocupación, la apertura de cuatro establecimientos de alojamiento y la reconstrucción o surgimiento de nuevos espacios gastronómicos para el fuerte posicionamiento de Junín.
Pero todo eso parece haber cambiado. A partir de la crisis del campo, primero, y luego la crisis económica internacional, el sector no puede hacer pie en esta gran debacle que llevo al cierre de una gran cantidad de negocios y la consiguiente pérdida de fuentes laborales.
En ese sentido, reclamaron al poder político. “Si bien el empresariado local ha hecho innumerables esfuerzos para minimizar el impacto y lograr la estabilidad laboral tan predicada por el sector político, hubo muy poca compañía de iniciativas claras que ayuden a lograrlo”, lanzaron.
Un estudio realizado por distintas cámaras empresariales del sector hotelero gastronómico de la Provincia, refleja que hay una tendencia a la retracción del consumo desde 2007 y una baja notable en la demanda desde mayo de 2009.
“Esta baja en la rentabilidad es mucho más alta que en crisis anteriores lo que la constituye en una amenaza concreta para los negocios. Muchas ciudades coinciden en que ha sido el peor mayo desde hace varios años”, desarrollaron.
También denuncian fuerte incremento de los costos –con el agravante de la falta de acceso al crédito–, altos costos impositivos por suma de tributos nacionales, provinciales y municipales, que derivaron en “una afectación patrimonial desmesurada, que se agrava si se considera la baja rotación del capital invertido en su relación con las alicaídas ventas”.
Las expectativas del sector, explican, son más que inciertas. “Los empresarios expresan su profunda preocupación con una señal de alarma por los precios y tarifas insuficientes para las empresas pero consideradas altas por los usuarios”.

La caída del consumo

En ese sentido advierten una menor cantidad de consultas y presupuestos en el sector vinculados a las reuniones empresariales, sociales y actividades comerciales. “Hay una amenaza latente de sustitución de la propensión al gasto en turismo por la sociedad por artículos de mayor necesidad”, evidencian.
Con la mira en la conservación de las fuentes de trabajo, reclaman un cambio de 180º. “El sector no podrá salir solo de esta encrucijada: necesita la comprensión de los actores decisores del sector público adecuando políticas de apoyo e incentivo para recomponer la demanda por vía de un mayor esfuerzo en promoción, para aliviar el costo del crédito y el peso de los tributos”, insistieron.
“En distintos congresos y seminarios, las cámaras representativas del sector –gastronomía, turismo, hotelería, entre otras– plantearon la necesidad de una rebaja del 21 al 10,5% del IVA”, destacaron.
Para ejemplificar, muestran lo que sucede en otros países. “Francia, que tenía previsto reducir el IVA de restaurantes el año que viene –pasándolo del 19,6% al 5,5%– adelantará dicha medida al próximo 1º de julio para recuperar competitividad y animar el consumo. Otros países de la UE podrían imitar la medida. Estados Unidos, por su parte, aplica un tax entre el 7 y 8,5%”, insisten.
“Este es un sector de nuestra economía que genera mano de obra intensiva”, terminan.


Pedidos concretos:
* Reducción de los aportes a la seguridad social y a las contribuciones patronales de las micro y pequeñas empresas.
* Suspender el pago de anticipos sobre el impuesto a las ganancias hasta la presentación de las declaraciones juradas del próximo ejercicio.
* Reducción de la alícuota del impuesto al valor agregado del sector.
* Ampliar el actual plan de regularización fiscal abarcando el período fiscal 2008.
* Generar el financiamiento a tasas compatibles con las dificultades actuales, en condiciones operativas de acceso rápido al crédito.
* Eliminación del impuesto a las operaciones bancarias por su carácter regresivo.
* Revisión jurídica del sistema ARBANET, por el atropello que significa su aplicación a los contribuyentes.

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