lunes, 18 de mayo de 2009

Recomiendan vacunar a bebes y preadolescentes contra la hepatitis "B"

Unas 600.000 personas mueren cada año en todo el mundo a causa de la hepatitis B, una enfermedad infecciosa que es altamente endémica en varias zonas de la región, por lo que el Grupo Latinoamericano de Expertos (GLEHB) acaba de presentar en la Argentina un documento en el que insta a implementar estrategias de vacunación de bebés y preadolescentes y a la detección temprana de los afectados.
"El virus de la hepatitis B (VHB) es 100 veces más infectivo que el VIH y 10 veces más infectivo que el de la hepatitis C. Y pese a que es prevenible por vacuna, aún hoy es muy prevalente, con nuevos casos principalmente en la población adulta", dijo Adrián Gadano, jefe de Hepatología del Hospital Italiano y coordinador del GLEHB.
El documento titulado "Recomendaciones para un mejor manejo de la Hepatitis B en Latinoamérica" precisa que se trata de una infección producida por el virus VHB que puede ocasionar hepatitis aguda, fallo hepático fulminante, hepatitis crónica, cirrosis y cáncer de hígado.
Gadano informó que esta infección suele cursar sin síntomas, y a menudo no se detecta hasta que ya se está en instancias finales, "algo lamentable teniendo en cuenta que existen tratamientos altamente eficaces con antivirales que retardan la progresión de la enfermedad y retrasan la evolución hacia la cirrosis", lo que ocurre en un 30 por ciento de los casos no tratados a tiempo.
Para los pacientes que desarrollan cirrosis en fase terminal, "el único tratamiento posible es el trasplante de hígado", alertó el médico.
Según el documento, se trata de una de las infecciones de transmisión sanguínea y sexual más creciente en la región, donde se estima que el 2% de la población tiene hepatitis B crónica.
Es por eso que el grupo de expertos sugiere medidas que ayuden a formular una política regional homogénea en el manejo de la enfermedad.
Entre las principales recomendaciones se destacan el acceso a la vacunación de recién nacidos, de los preadolescentes (ya que el mayor riesgo de contagio comienza en la adolescencia) y de los adultos en riesgo.
La vacuna está en el Calendario de la Argentina y se debe aplicar al recién nacido y al preadolescente, pero "lamentablemente no se da en forma universal, porque el acceso no es completo en todas las maternidades del país", dijo Gadano.
El especialista señaló que hoy "no se sabe cuánta gente está vacunada en Argentina y cuánta no. Necesitamos relevar esa información, desde el Estado y con ayuda de las sociedades médicas".
Para Hugo Cheinquer, profesor de Hepatología de la Universidad Federal de Río Grande del Sur, Brasil, es fundamental identificar a las personas pertenecientes a grupos en riesgo que puedan tener la infección crónica, y efectuarles el test de detección.
"Gracias a las diversas medicaciones disponibles, es posible evitar la evolución de la enfermedad e incluso el trasplante de hígado", dijo.
"En los últimos años se produjeron importantes avances en el desarrollo de nuevas drogas, y disponemos de múltiples opciones terapéuticas. No obstante, cuando el paciente no recibe la medicación adecuada se puede perjudicar su tratamiento posterior", estimó, por su parte, Jorge Daruich, jefe de Hepatología del Hospital de Clínicas José de San Martín y también coordinador del GLEHB.
El documento que se dio a conocer hoy destaca que la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado y las sociedades de Hepatología nacionales, las autoridades sanitarias y ONGs, deben desempeñar un papel primordial en el reconocimiento de la hepatitis B como un problema significativo de salud pública.
Y como ejemplo, Herman Vildósola Gonzales, profesor principal de Medicina de la Universidad de San Marcos en Perú dijo que en su país "hay entre 500 y 700 mil portadores del VHB; si no identificamos a estas personas y las tratamos, no sólo van a tener cirrosis y cáncer, sino que además van a ser quienes contagien a otras personas".
El médico peruano, quien también participó del encuentro del GLEHB, dijo que "si no se hace nada, la erradicación será en 70 años; si se las trata, podemos esperar que la erradicación de la hepatitis B se logre en un plazo mucho más corto".
Por esa razón, para la médica venezolana Lucy Dagher "esta coalición latinoamericana ofrece una estrategia global, adaptada a la realidad política y geográfica heterogénea de nuestro continente, con la finalidad de reducir o erradicar la enfermedad a largo plazo, tomando como experiencia las políticas de salud exitosas implantadas en Asia, Europa y Norteamérica".

DESCONOCIMIENTO Y ESTIGMA, DOS OBSTACULOS A DERRIBAR
El Grupo Latinoamericano de Expertos en Hepatitis B (GLEHB) precisó que muchas personas no se identifican a sí mismas como pertenecientes a grupos de riesgo, tanto por desconocimiento como por el estigma en torno a esta enfermedad.
Por esa razón, aconseja que las políticas nacionales sobre hepatitis B tengan como un objetivo explícito la integración social de las personas infectadas con el virus VHB, protegiendo sus derechos y luchando contra la discriminación.
Asimismo, según el documento presentado hoy en Argentina por el GLEHB, "se debe procurar que todo aquel que acceda al sistema de salud reciba información completa sobre prevención, detección y opciones de tratamiento para la hepatitis B".
El documenta señala que para lograr este objetivo es imprescindible la capacitación de los profesionales de la salud que puedan estar en contacto con personas en riesgo o ya infectadas por el VHB.
En este sentido, el documento señala que los grupos de riesgo son las personas nacidas en áreas de prevalencia alta e intermedia del virus; los usuarios de drogas inyectables; los homosexuales; los heterosexuales con parejas sexuales múltiples; las personas con historia de enfermedades de transmisión sexual.
También entran dentro de los grupos de riesgo de contraer la enfermedad, los familiares y parejas de personas infectadas; las embarazadas, en el primer trimestre o al momento del parto; los recién nacidos de madres infectadas; los internos de instituciones correccionales y prisiones; los pacientes en hemodiálisis y las personas infectadas con VIH.

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