sábado, 9 de mayo de 2009

Sergio Pérez Rozzi escribió una nota editorial para un congreso bianual de la Unión Iberoamericana de Municipalistas

El licenciado Sergio Pérez Rozz -ex secteraio de Promoción Industrial y Desarrollo en la gestión del intendente Abel Paulino Miguel- se encuentra desde marzo en Andalucía, España, realizando un trabajo de investigación, por una beca que obtuvo, a partir de una convocatoria a investigadores de Latinoamérica, emanada de la Unión Iberoamericana de Municipalistas (UIM) y el Centro de Estudos Andaluces (CEA).
La UIM, realiza su Congreso bianual, a partir de mañana domingo y hasta el jueves 14 en la ciudad de MontevideoUruguay, con la presencia de más de 700 participantes de Iberoamérica; apertura del Presidente Tabaré Vazquez; representantes de Naciones Unidas; OEA; BID; gobiernos nacionales; estaduales y locales.
Al respecto, el Secretario General de la UIM, tuvo la deferencia de invitar al especialista juninense a escribir la nota editorial, de la revista digital cuyo número coincide con el Congreso, cosa que realizó gustoso.
La nota escrita por el licenciado Pérez Rozzi es la siguiente:

Precalentando, de cara al Congreso de Montevideo,
pero a la vez preguntándonos ¿y después que?
A lo largo del tiempo, y más aún en los últimos años de vida de la UIM, en sus Congresos y Seminarios, se ha venido llamando la atención; reflexionando; advirtiendo; etc., sobre los problemas del municipalismo vinculados al desarrollo de América Latina. Más aún, como se ha expresado a través de los “títulos lema” de cada encuentro, el acento de la preocupación, no ha estado tan centrado en el capital económico - financiero (o no solamente) para “hacerle” al desarrollo territorial, sino en lo que muchos especialistas llamamos, los capitales intangibles para el desarrollo, pues ya está por demás de claro, que no alcanza, en los niveles macroeconómicos de nuestros países, con el crecimiento del PBI, como para disparar procesos de desarrollo en los territorios locales, que redunden en mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestros municipios.
Cada congreso es una ilusión; una expectativa; una esperanza. Pero también, cada congreso tiene “el día después“, aquel en el que, cuando regresamos a nuestros lugares de origen, nos “aterriza” de plano la realidad cruda y cotidiana. En mi opinión, el desafío más grande, en cuanto a asistir a cada congreso, está dado en como enfrentar la realidad al momento de volver a “poner el pié” en cada uno de nuestros territorios, desde los lugares que ocupamos cotidianamente. Creo que ese debería ser el resorte de la conciencia, que nos dispare finalmente la decisión a inscribirnos.
Mi sospecha es que un gran porcentaje de quienes vuelven de los congresos y seminarios, con ideas enriquecedoras; innovadoras y genuinas, “pierden” la batalla al enfrentar la cotidianeidad de sus municipios y, ¿ceden? ante la acometida de sus propios colaboradores, quienes instan a seguir con la inercia diaria, de la tarea de actuar de “bomberos“.
La coyuntura de inicios del nuevo siglo en América Latina, y en el espacio global, nos está indicando que los márgenes de maniobra para actuar en materia de desarrollo, se están estrechando de manera inusitada. El IX Congreso volverá a ser una oportunidad, tal vez una de las últimas ¿Entonces? ¿Que haremos al regresar?
Desde mi punto de vista, la clave está en saber (y querer) salir de la inercia que nos arrastra y nos vuelve chatos, para comenzar, de una vez, a trabajar de manera distinta e innovadora. Esto de ninguna manera quiere decir que hay que dejar de hacer lo urgente, la noticia sigue siendo que, además, hay que hacer lo importante.
El desafío será iniciar la tarea de empoderamiento de estos temas a la estructura municipal, que suele ser más reaccionaria que la del resto de las instituciones del territorio, con la que también se deberá trabajar ¿Recetas?
Cada quién sabe mejor que nadie, que sucede en su propio territorio (o debería saberlo), las recetas externas sirven de aprendizaje y poco más, pero creo que la red construida por la UIM, es un buen espacio (y es nuestro) donde acudir para apoyarse en este tipo de procesos. Claro, es imprescindible querer hacerlo realmente.
El éxito dependerá de la convicción y de la decisión política aplicada en consecuencia, y en consonancia.
Recomiendo trabajar los capitales intangibles, como ingredientes del proceso de desarrollo, ellos son, los capitales; Social; Sinergético; Institucional; Relacional; Cívico; Simbólico; Cultural; Psicosocial; Humano y Ambiental.
La conjugación y proporción de esos “ingredientes” dependerá de los “gourmets” que intenten trabajar por el desarrollo en cada sitio. Eso sí, al resultado se le deberá aplicar, ahora sí, el capital económico financiero.
Concluyendo, tengamos en cuenta que al regreso de Montevideo, estaremos solos, frente a nosotros mismos, y solo allí sabremos si nos hemos traicionado, o si comenzaremos realmente a cambiar la propia historia, desde cada pequeño lugar de nuestra América Latina, y por ende ¿porqué no? la historia continental.

Sergio Pérez Rozzi

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