miércoles, 15 de abril de 2009

OPINION: Hubiera votado si. Por Alejandro Franco, primer candidato a concejal por UNION PRO.

Fui parte activa de los enfrentamientos entre el Departamento Ejecutivo y el Concejo Deliberante. Alguno de estos los conflictos ha terminado en la justicia. El conflicto, a su vez es el motor del Concejo Deliberante, ya que este es la caja de resonancia de lo que sucede en la ciudad.
Los concejales tienen que representar esos intereses, y una de las herramientas, es interpretar al vecino por encima de las pertenencias partidarias. Y no hace falta andar mucho para darse cuenta del sentir juninense: Todos quieren la obra del paso bajo nivel de calle Rivadavia. Claro que a ese deseo hay que brindarle una lógica y también sentido común.
La capacidad de endeudamiento es un instrumento que tiene el municipio para poder establecer políticas de estado que excedan el mandato del gobierno de turno, esto pasó y va a seguir pasando con obras emblemáticas, como fue la realización de obras de gas natural en Junín, la ejecución de obras de cloacas o para obras de pavimentación.
En qué cabeza cabe entonces, que una obra de tal dimensión sea puesta a discusión en términos de que si el gobierno que viene se tiene que hacer cargo. Es una visión elemental de corto plazo.
Estamos hablando de una obra, que sin ser la solución integral, sería el punto de partida para que nuestra ciudad no siga dividida en dos.
Demás esta decir que no sólo apunta a la integración, sino que va a incidir en la revalorización de las propiedades, en el desarrollo económico de los comercios, en descomprimir el tránsito caótico, es decir: se trata de un beneficio directo en la calidad de vida de los juninenses. Esto es sentido común.
También es bueno aclarar que los argumentos fundados en que NO es el momento propicio, invocando la crisis internacional y nacional no son suficientes ni determinantes. Sin crédito, sin obra pública y sin planes concretos y viables de reactivación, vamos a quedar en la misma situación que el perro queriéndose morder la cola.
Así como otras veces, estando enfrentado con el Departamento Ejecutivo, voté favorablemente por la instalación de La Anónima o por la realización del autódromo (por fideicomiso) o algún otro proyecto de relevancia, siempre tuve claro que una cosa es el árbol y otra el bosque.
No tengo dudas, hubiera votado afirmativamente la obra del paso bajo a nivel de calle Rivadavia.

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