Los profesores asesoran desde el punto de vista técnico, acompañando en todo el proceso, pero los estudiantes llevan adelante la mano de obra.
Una interesante experiencia están llevando adelante los estudiantes de ingeniería agronómica en un campo que fue cedido en comodato por parte de la Municipalidad de Junín a la Universidad Nacional del Noroeste.
A fines del año pasado, merced a un trabajo conjunto entre alumnos y profesores, se comenzó a desarrollar un campo experimental para la UNNOBA.La primera etapa fue una siembra de soja donada por productores de Junín y la región, mientras que el martes se comenzó a cosechar para iniciar la segunda etapa.
El campo es de 58 hectáreas y se han sembrado soja en cuarenta y seis hectáreas
Maximiliano Berestein, del centro de estudiantes de dicha carrera, explicó en torno a los resultados que “no fue ajeno a lo que sucedió en toda la región. Debido a las condiciones climáticas, los rindes han sido muy malos pero sacamos como provecho la experiencia de haber participado en la siembra de un cultivo tan importante como es la soja”.
Los profesores asesoran desde el punto de vista técnico, acompañando en todo el proceso, pero los estudiantes llevan adelante la mano de obra.
Los gastos de siembra fueron solventados por donaciones e incluso cuentan con un tractor prestado mientras que la máquina sembrado fue aportada por el padre de un alumno de la carrera a la vez que los insumos fueron donados por empresas.
Un contratista tuvo a su cargo la cosecha y ayer a la tarde terminó de levantarla.
Berestein indicó que “la idea es comercializar la cosecha para que reunamos fondos, con el fin de seguir afianzando este campo experimental. Una vez que se termine de levantar la cosecha, sigue una segunda etapa más organizada que la primera”.
Los estudiantes dividieron el campo entre parcelas, una para la producción de trigo y cebada, otra para el desarrollo técnico y práctico y una tercera que tendrá como finalidad hacer ensayos con distintas empresas que tengan intención de hacer convenios con la UNNOBA para tales fines.
En cuanto a la faz administrativa, los estudiantes se unieron en una asociación civil sin fines de lucro.
Berestein expresó un agradecimiento a las empresas juninenses que han colaborado con este proyecto que reviste gran importancia para los alumnos.
A fines del año pasado, merced a un trabajo conjunto entre alumnos y profesores, se comenzó a desarrollar un campo experimental para la UNNOBA.La primera etapa fue una siembra de soja donada por productores de Junín y la región, mientras que el martes se comenzó a cosechar para iniciar la segunda etapa.
El campo es de 58 hectáreas y se han sembrado soja en cuarenta y seis hectáreas
Maximiliano Berestein, del centro de estudiantes de dicha carrera, explicó en torno a los resultados que “no fue ajeno a lo que sucedió en toda la región. Debido a las condiciones climáticas, los rindes han sido muy malos pero sacamos como provecho la experiencia de haber participado en la siembra de un cultivo tan importante como es la soja”.
Los profesores asesoran desde el punto de vista técnico, acompañando en todo el proceso, pero los estudiantes llevan adelante la mano de obra.
Los gastos de siembra fueron solventados por donaciones e incluso cuentan con un tractor prestado mientras que la máquina sembrado fue aportada por el padre de un alumno de la carrera a la vez que los insumos fueron donados por empresas.
Un contratista tuvo a su cargo la cosecha y ayer a la tarde terminó de levantarla.
Berestein indicó que “la idea es comercializar la cosecha para que reunamos fondos, con el fin de seguir afianzando este campo experimental. Una vez que se termine de levantar la cosecha, sigue una segunda etapa más organizada que la primera”.
Los estudiantes dividieron el campo entre parcelas, una para la producción de trigo y cebada, otra para el desarrollo técnico y práctico y una tercera que tendrá como finalidad hacer ensayos con distintas empresas que tengan intención de hacer convenios con la UNNOBA para tales fines.
En cuanto a la faz administrativa, los estudiantes se unieron en una asociación civil sin fines de lucro.
Berestein expresó un agradecimiento a las empresas juninenses que han colaborado con este proyecto que reviste gran importancia para los alumnos.
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